Nos gusta salir, compartir, las tabernas y el aperitivo. Nos gustan las ciudades porque nos gustan las personas. Nos gusta Madrid, esa maravillosa ciudad al norte de Fuenlabrada y a mil seiscientos kilometros de Brescia.
Nos criamos en barrios, en la periferia y sí, somos muy de barrio.
Lo suficiente para no aceptar cualquier cosa, para luchar por lo que creemos.
Lo suficientemente inconscientes para empujarte a hacer, a equivocarte, sin miedo al fracaso. O con miedo, como tú prefieras porque las reglas las pones tú, nadie más.
También algo canallas porque tú y nosotros sabemos, que esto no es para todo el mundo. Muchos preferirán seguir buscando que otro le allane el camino.