Gorra con malla o cerrada, tu eliges.
Ay, las excusas. Cuántas y qué variadas. Las que has sufrido, pero también todas esas otras que has ido utilizando para zafarte de las obligaciones, huyendo de tu destino o de las responsabilidades que te cercan. Las excusas, tan útiles en ciertos atolladeros, y nunca suficientes si es contigo mismo con quien hay que ajustar las cuentas. Que si no puedo, que si lo he intentado, que si no fui capaz, o incluso que daría todo para conseguirlo, pero es que no estamos en Venecia. Y no, no necesitas que sea Venecia. Salvo que quieras anclar tu amor en el infinito con un beso bajo el Puente de los Suspiros, no necesitas que sea Venecia. Necesitas desearlo lo suficiente, buscarlo con la determinación necesaria.
#lecorbusierstory